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De hielo somos

Encantadora vista panorámica pura que llama a silencio y regala paz infinita, solo suspendida por la caída de algún témpano del Glaciar. Un sendero largo por medio de un tupido bosque dentro del parque nos traslada hacia la vista más inmediata del inmenso bloque de hielo patagónico, con más de 800 años de antigüedad.

Todo, gracias a las pasarelas que se crearon en un total de 4.7 kilómetros para valorarlo con los sentidos, y miradores y balcones para llevarse la mejor vista. “Es la manera en la que mirás y ves el azul profundo y sus grietas cerquita. De frente a la brisa, a la inmensidad”. Una de las formas más sencillas y amables de contemplarlo, siendo el único apto para caminarlo en expedición.

Entendiendo la formación de un glaciar

Un glaciar no es ni más ni menos que una enorme masa de hielo que se crea en la superficie física, luego de condensarse una porción importante de nieve y hielo que cae de manera continua, viaja con el viento, en avalanchas o por congelación, conformando la criósfera (áreas con agua en estado sólido). Se comprime por su propio peso y la acción de la gravedad, lo que se conoce como glaciación; un proceso que puede durar años y persistir así. Y aquí en el Perito Moreno ocurre exactamente eso, encantando.

Hoy, y en todo el mundo, los glaciares cuentan con un valor muy grande desde el paisaje y lo alegórico, además, son esenciales como elemento físico climático, meteorológico e hidrológico siendo una fuente pura de agua dulce, a la par de ríos y lagos. Aun cuando sean inmensos, tienen movimiento casi imperceptible, y crecen y decrecen, debido a que su masa interacciona con el ciclo natural del agua.

Es con el calentamiento global, que los glaciares disminuyen exponencialmente. Pero a pesar de ello, conservan su entereza sin derretirse del todo; huella plena de la Edad del Hielo. Forman el 10% de la superficie total del planeta, hallándose en las cadenas montañosas de todos los continentes, menos Australia. Una de las reservas de agua potable más grandes.

Partes de un glaciar

Tan importante como saber sus características es conocer sus componentes. Un glaciar dispone de dos zonas primordiales en relación a su elevación: Alimentación o Acumulación – la parte en la que el hielo se forma, conserva y nutre de nieve – y Ablación o Fusión – en el que por escenarios atmosféricos el agua sólida pasa de estado dando lugar a desagües que nutren ríos -. En paralelo, a ambos los divide una franja que se conoce como Línea de Equilibrio, en la que la suma de pérdida y ganancia es cero. Los 3 mecanismos varían su ubicación al interior del glaciar con el pasar de los años y geografía.

Dinámica de los glaciares

Es común que los glaciares se establezcan en las franjas de alta montaña y en las regiones frías antárticas. Y tiene su explicación. Para que se formen, precisan de mínimas temperaturas durante los doce meses y además caída de nieve constante. Es justo en los tiempos más cálidos cuando el hielo acopiado comienza a derretirse yendo hacia el fondo del glaciar. Allí y en forma de agua líquida corre por este en sentido hacia la pendiente, y este proceso mueve el manto.

Parque Nacional Los Glaciares

En la parte suroeste de América del Sur se hallan dos campos de hielo llamados Hielo Patagónico Norte y Hielo Patagónico Sur, comúnmente llamados Hielos Continentales. Este último, y el que nos toca, es el único en continuo movimiento y desprendimientos, lo que lo hace el más conocido. Se desarrolla entre el país vecino Chile y Argentina, a lo largo de unos 360 km, constituido por 48 grandes glaciares que depositan sus efluentes al este en los lagos O´Higgins/San Martín, Viedma y Argentino, y al oeste en golfos del Pacífico, y otros más de 800 glaciares pequeños e independientes. Hoy, cuenta con un área cercana a los 12000 km, mermando ampliamente sus 13500 estimados allá por 1945.

Entre los glaciares más conocidos y magnos de esta parte encontramos 8: el Glaciar Upsala, en el brazo norte del lago homónimo, el Glaciar Spegazzini, el Glaciar Viedma, Pio XI, Mayo, Ameghino y Grey, además del Glaciar Perito Moreno, uno de los más célebres emplazado en el corazón sur del Parque Nacional Los Glaciares – llamado así en honor de Francisco Moreno, director del museo de la Sociedad Científica Argentina y explorador de esta parte del sur – declarado formalmente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1981.

A sólo 80 km de El Calafate, trata de un valle gélido con cientos de investigaciones y visitas al año debido a sus extraordinarios desprendimientos de hielo, su paseo costero, su caminata glaciar y grandes excursiones en cruceros en áreas próximas. Cuenta con una superficie de hielo de 250 kms cuadrados, bloques que sobrepasan los 60 metros  y un largo de 30 kilómetros.

Imponente y valioso nos habita y conmueve. El Hielo Patagónico Sur es rastro vivo de otro tiempo, pero imprescindible en este, recordándonos la magistral perfección de la Madre Tierra en el ciclo de la vida y lo afortunados que somos de poder verlo.