Nos gusta experimentar placer y siempre tenemos la capacidad de encontrarlo. Comer es uno de ellos. Hacerlo alrededor de una pequeña y cálida mesa, pero con glaciares y témpanos pasando por la ventana a bordo de un exclusivo crucero por el Lago Argentino – que recorre los hielos del sur de la Patagonia – es el plato fuerte de esta aventura, y un privilegio.
De noviembre a abril y pasadas las 8 am inicia una de las vivencias más completas que se pueden imaginar los sentidos: Full Day Glaciares Gourmet, el embarque a bordo del Catamarán María Turquesa en el puerto privado La Soledad. Ya lo han hecho otros, pero uno se siente un poco el primero.
Aquí se propone un desafío original, considerando el marco imponente: que la experiencia gastronómica gourmet esté a tono con el alrededor. Nada menos. Y, teniendo en cuenta que solo hay capacidad para 200 pasajeros que se dividen en 180 y solo 16 cubiertos en cabina Premium, parece bastante posible.
Itinerario de navegación Full
Avanzamos en un cómodo catamarán que navega por las aguas cristalinas del Lago Argentino, en busca de emoción. Con rumbo noroeste tomamos por la estrecha Punta Avellaneda y Boca del Diablo, de a poco penetramos en una magistral navegación entre témpanos que deslumbra.
De frente, en alguna de las cuatro cubiertas de este barco de grandes metros de eslora el recorrido del capitán es por una panorámica solitaria, rodeada de visuales antárticas del Glaciar Seco y Heim en medio del Parque Nacional que abriga hielos continentales azul profundo y la masa glaciar más grande luego de los polos norte y sur. Murallas que superan los 50 m de alto e icebergs increíbles.
Vamos hasta el Canal Upsala. El clima agradable acompaña de cerca al ingresar en el tramo más mágico de hielo que muchas veces superan al barco, aun cuando solo veamos un porcentaje de su tamaño real. Hablamos del Glaciar Upsala, que nos da pistas de su cercanía con un aire que en todo momento es más helado hasta verle la cara flotante, la que llega a albergar más de 700 km con un largo de 53 km, siendo el que más rápido retrocede, uno de los más grandes del Lago y el que más desprendimientos produce. Con solo mirarlo vemos que retrata la unión de aludes de nieve que caen por las montañas, acopiándose en la parte baja del valle.
El barco para a continuación en la bahía Puesto Las Vacas, del mismo Canal. Aquí descendemos tras una corta charla sobre el Parque creado en 1937, y caminamos una hora sin dificultad por el bosque andino patagónico con guías. La meta es el mirador del Spegazzini, con vista al antiguo Puesto de pobladores, que nos regala una vista de ensueño y nos descubre su flora y fauna.
Vuelta a bordo, la ruta sigue por el Canal de los Témpanos hacia el brazo Norte del Lago, para recorrer la pared norte del mismísimo Glaciar Perito Moreno. En este tramo el hielo en constante avance luce imponente blanco y celeste como nuestra enseña, rompiendo silencios con sus estallidos naturales incomparables y su belleza tallada.
Justo en este punto, nadie más que el chef a bordo de la embarcación podría disputarles el foco a los hielos más afamados, presentando el menú según cabina elegida: Premium de 4 pasos: que incluye amuse bouche, entrada plato principal con cordero patagónico y postre + bebidas, y un Lunch box con sándwich de cordero acompañado de papas, salsa y bebida.
Mientras nos deleitamos, desde la mesa se divisa el Glaciar, y es indescriptible la sensación, – que se pone a tono con el paisaje – y cada vez que resuena algún que otro hielo cayendo, las mesas se vacían y las cámaras retratan al menos algo de tanta magia.
Como todo placer, también termina, por eso, pasadas las 18 horas se procede al amarre en el puerto La Soledad para el descenso final de los privilegiados pasajeros, terminando la navegación, con la vuelta al Calafate.
Tamaños, tonos y prismas en bloques de hielo que, con capricho, cambian de forma como las nubes. Si hasta el mismísimo Gabriel García Márquez lo retrató atónito en su novela icónica Cien Años de Soledad. Una experiencia única a bordo del crucero que recorre los tres glaciares más imponentes de esta tierra patagónica a la par de centenares de témpanos y murallas de hielo, navegando entre confort y una cocina gourmet creada esencialmente, para encantarnos.
Si querés vivirlo también, MarPatag ofrece esta navegación Full Day extraordinaria por el Parque Los Glaciares. Y, otra opción: “Espíritu de Los Glaciares” a bordo del crucero Santa Cruz durante dos noches.